martes, 30 de junio de 2009
Agentes de Quién?
Yo no sé ustedes, pero yo estoy harto, hasta niveles de difícil valoración, de oír y, sobre todo de ver, el protagonismo de unos personajes que se hacen llamar agentes sociales, y que deambulan más que hablando, profiriendo vocablos, porque poco o nada tienen que decir; soflamas que las más de las veces ni siquiera son capaces de mantener una coherencia interna. Ya saben ustedes a quien me refiero.
La cosa no tendría más importancia, en toda sociedad ha habido siempre sujetos para todo: desde los que se proponen hacer al bien, a los que su objetivo en la vida es la práctica del delito; desde los sesudos y rigurosos, a los vanos y superficiales; desde los trabajadores estajanovistas, a los vagos e indolentes pertinaces; hasta bufones los ha habido para con sus chascarrillos e historietas distraer a los que hacen de la holganza una profesión. El problema empieza a preocupar cuando contemplamos que estos agentes sociales se convierten en el oráculo de nuestro presidente de Gobierno, el cual permanece impávido, como si la cosa no fuera con él, esperando que del diálogo de aquellos surja la formula mágica llamada a resolver los infinitos problemas de nuestro pobre país y de nuestra maltrecha economía.
Ellos son lo que nos mostrarán la luz en ese camino tortuoso por el que circulamos –y no esos expertos, descalificados con este apelativo por nuestro preclaro presidente– que no saben, ni siquiera imaginan, lo que es gobernar. Qué sabrá el presidente del Banco Central Europeo de lo que comporta la crisis económica y qué hacer para reducir sus efectos; allí, en su despacho de Frankfurt, ajeno a lo que ocurre en el mundo. Lo mismo que el gobernador del Banco de España, éste en la calle de Alcalá; o la Comisión Europea que desde Bruselas se atreve a amenazar a España por lo mal que lo está haciendo ante la recesión económica, expedientándola al menos por cuatro infracciones graves. Frente a estos agoreros expertos, nuestra esperanza está puesta en el resultado de un diálogo entre agentes, que a sí mismo se llaman sociales.
¿De qué sociedad? ¿Alguno de ustedes ha elegido alguna vez a uno de estos personajes como su agente? Porque si no es así, hay necesariamente que preguntarse de quién son agentes. El contrato de agencia es una de las figuras mejor definidas en el ámbito jurídico español. Por medio de él, el principal confía su representación en el agente, delegando en éste ciertas facultades de decisión establecidas con precisión. ¿Cabe decir que la relación entre la sociedad española y UGT, CCOO, CEOE, y cuantas especies de este género quieran incluir en la cesta, es una relación de agencia? ¿Qué parte de la sociedad española ha delegado en los agentes la mínima facultad para tomar decisiones en su nombre y a su cargo? Por no representar, ni siquiera representan unos a los trabajadores, ni los otros, significativamente, a los empresarios. Basta comprobar el ridículo nivel de afiliación que les obliga a vivir, más que como agentes sociales, como parásitos de la sociedad, nutridos por el sacrificado cuerpo sirviente de los contribuyentes.
Esta relación parasitaria, como tantas otras relaciones, precisa de una celestina o, quizá mejor, en este caso de un celestino: el Gobierno de la Nación. Éste es el que se encarga de imponer el yugo del sacrificio fiscal a toda la sociedad para que de los recursos obtenidos puedan vivir aquellos que, sin autorización alguna, se abrogan la representación que nadie les ha concedido, ostentándola bajo el confuso término de "agentes sociales". Unos agentes sin relación de agencia, y un principal que, sacrificado en el desamparo, sólo le queda contribuir para sostener hasta lo que le repugna. Y lo malo es que, como no hay relación de agencia, tampoco existe la posibilidad de dar por finalizada aquella relación; de hecho nunca existió.
Ya que de perdidos al río, piénsenlo bien: ¿Cabe mejor aspiración que la de vivir como agente de un principal que no existe? Ya sé que eso es traicionar el propio concepto de agencia, pero es que la confusión tiene como base la traición. También sé que la relación del híbrido agente con el celestino le obliga al primero a decir cuantas insensateces se le ocurran al segundo, induciendo al engaño que este último pretende, y traicionando una vez más al que se supone que debería ser su principal: la sociedad; no en vano les gusta llamarse agentes sociales.
Pues ya lo saben, quieran o no, todos: mujeres y hombres, autónomos y dependientes, empleados y parados, estudiantes y simples matriculados, niños y niñas, militares con graduación y sin ella –como se solía decir en algún tiempo pasado– disponen de un agente, aunque no lo supieran hasta ahora, que aunque defienda lo contrario a lo que ustedes opinan, tienen que tragárselo, pues ninguna oportunidad se les presentará para evitar que hable en su nombre.
En ello, nada hay de sorprendente: ya nos enseñó el marxismo –y en la misma idea vive su sucesor light, el socialismo– que frente al individualismo de un individuo sin sociedad, había que implantar una sociedad sin individuos. Por eso los agentes, aquí, no necesitan representar a nadie: las personas individuales, no existen. Por lo demás, a esperar que los agentes resuelvan la crisis económica –ya que los expertos no se enteran de nada– y, mientras tanto, eso sí, pagando la relación de agencia; al fin y al cabo, de algo tienen que vivir los pobres, aunque para que unos vivan sin fundamento, otros tienen que sacrificarse, también sin fundamento, pues la única solución del Gobierno es elevar el techo de gasto público. Así que, a pagar y a callar, que la vida son dos días.
Por Juan Ramón Rallo
Esta semana visitó Madrid uno de los expertos en teoría monetaria más importantes y originales del mundo, el profesor Antal Fekete. Unos pocos privilegiados tuvimos la suerte de asistir al seminario privado que organizó en su sede el Instituto Juan de Mariana durante tres intensivas jornadas, en las que se discutieron asuntos muy diversos y controvertidos para la mayoría de la profesión económica.
Me gustaría, sin embargo, llamar la atención sobre uno de ellos, por ser probablemente el de más actualidad y uno de los más importantes para comprender en toda su magnitud la crisis económica que padecemos: la brutal destrucción de capital que el dinero fiduciario ha provocado en los últimos años.
La diferencia económica esencial entre capitalismo y socialismo es el régimen de propiedad privada sobre los factores de producción. La propiedad privada no sólo es importante porque ofrece un marco descentralizado para la toma de decisiones –donde cada individuo o empresa puede probar, acertar y ganar dinero, o probar, equivocarse, perderlo... y rectificar–, sino sobre todo porque esa toma de decisiones no se produce en el vacío y de manera aleatoria, sino que tiene una herramienta básica para prosperar: el cálculo económico.
El cálculo económico no es más que la utilización de los precios de mercado (que surgen de las interacciones voluntarias entre los agentes y sus propiedades) para conocer la rentabilidad de las decisiones que se quieren tomar. Dado que casi todos los bienes de consumo y factores productivos tienen un precio en el mercado, puedo intentar anticipar si mis inversiones me permitirán ganar dinero o si, por el contrario, me arruinarán. Tan sólo tengo que comparar el dinero que necesito gastar en adquirir o contratar trabajadores, máquinas, materias primas, etcétera, con el dinero que espero obtener por las ventas de mi producción.
El resultado que arrojan estas operaciones queda reflejado en la contabilidad de partida doble, esto es, un balance empresarial donde toda modificación en el activo (el valor de todos los medios de que se dispone) tiene su reflejo automático en el pasivo (los derechos que existen sobre esos medios), y viceversa. Si mi activo se incrementa y mis obligaciones no, mis fondos propios aumentarán; si mi activo se reduce y mis obligaciones no, mis fondos propios se reducirán. El empresario, gracias a la contabilidad de partida doble, sabe en todo momento en qué posición se encuentra para poder completar de manera exitosa su proyecto: producir los bienes más valorados por los consumidores de la forma menos costosa.
Goethe calificó la contabilidad de partida doble como "el invento más refinado de la mente humana". El profesor Fekete, por su parte, lo comparó con la brújula de los marineros: hasta su invención, los barcos no podían alejarse mucho de la costa, o en todo caso tenían que orientarse por las estrellas... cuando el cielo fuera lo bastante clemente como para no ocultarlas. Si bien el socialismo equivaldría a tener el cielo siempre nublado, un libre mercado sin empresas que practicasen la contabilidad de partida doble sería el equivalente a unos marineros sin brújula: sus compañías apenas emprenderían proyectos de gran tamaño y arriesgados (no se alejarían de la costa), o se guiarían por señales simples y poco relevantes.
Sin embargo, el éxito de la contabilidad de partida doble y por tanto del capitalismo no depende sólo de que las empresas tengan sus libros actualizados, sino de que los precios y la estructura productiva no estén sometidos a inestabilidad y cambios bruscos. Estas condiciones sólo podrán satisfacerse en un régimen monetario sólido como el del patrón oro: cuando estaba vigente, las variaciones de precios eran menores y los tipos de interés eran muy estables.
Desde el abandono del patrón oro, el dinero fiduciario se ha apropiado de las finanzas mundiales, sometiéndolas a su intrínseca volatilidad. Ni los movimientos bruscos de precios desaparecen ni, sobre todo, se imposibilita que los bancos centrales, en cooperación con los privados, reduzcan de manera artificial los tipos.
El profesor Fekete sostiene que estas rebajas de tipos, como las promovidas por la Reserva Federal desde 2002, equivalen a una destrucción enmascarada del capital de las empresas. ¿La razón? Un entorno de tipos bajos provoca que el crédito crezca por encima del ahorro y que, tal y como demuestra la Escuela Austriaca, se generalicen las malas inversiones. A ningún lector le resultará extraña esa situación: el enorme crecimiento del crédito en España y en Estados Unidos –muy por encima del ahorro de estos países... y de los del resto del mundo– provocó una inversión masiva en vivienda que estaba lejos de satisfacer las necesidades de los consumidores.
La Reserva Federal.Las empresas se adaptaron a un entorno de malas inversiones (por ejemplo, los viviendas necesitaban proveedores de todo tipo, y en torno a las nuevas urbanizaciones comenzaron a crearse negocios que tenían la expectativa de satisfacer esa futura demanda); en realidad, estaban dilapidando su capital. En su balance contable deberían haber registrado una pérdida futura (es decir, provisiones por insolvencia, obsolescencia de demanda, despidos e incremento del valor de liquidación de su deuda), pero lo que hicieron fue anotar pingües ganancias. ¿Resultado? Esas ganancias ficticias les sirvieron para repartir dividendos (phantom dividends) o aumentar gastos.
Imagine que sus ahorros consisten en 50.000 euros en acciones y otros 50.000 en su cuenta corriente, y que con estos últimos espera pagar una deuda de otros 50.000 que le vence en unos meses. En un momento dado, el precio de sus acciones se multiplica por 100, de modo que sus ahorros pasan a estar algo por encima de los cinco millones de euros. Emocionado por su súbito acceso a la condición de nuevo rico, decide darse una vuelta al mundo y gastar sin contemplaciones los 50.000 euros de su cuenta corriente. Total, ¿qué importancia pueden tener 50.000 euros en un patrimonio superior a los cinco millones? ¿Qué más dará la deuda que me vence en unos meses, si puedo saldarla vendiendo unas pocas acciones? Pero ahora imagine que antes de que venza su deuda sus acciones vuelven a caer al precio que las compró y vuelven a valer 50.000 euros. ¿Qué le ha sucedido? Pues que se ha arruinado: unas ganancias potenciales en bolsa le han animado a incurrir en gastos en los que nunca habría incurrido en circunstancias normales.
Lo mismo les sucedió a los bancos: cegados por unos beneficios ficticios que sólo procedían de una laxitud crediticia que tenía que revertirse, ampliaron negocio y repartieron dividendos entre sus accionistas. En lugar de incrementar sus provisiones de manera masiva durante 2004, 2005 y 2006, se dedicaron a darse unas vacaciones alrededor del mundo. Y ahora, cuando la situación se revierte, se dan cuenta de que están quebrados.
Nada de esto habría podido suceder con un patrón oro, o al menos no durante un período tan prolongado de tiempo. Los tipos de interés no pueden mantenerse por mucho tiempo artificialmente bajos, y el valor de los activos de las compañías no queda sesgado al alza.
En la última década de falso crecimiento, Estados Unidos, España y el resto del mundo han padecido un consumo masivo de capital que el sistema contable ha ocultado por la flexibilidad y elasticidad del dinero y del crédito fiduciario. Del mismo modo en que los grandes proyectos arquitectónicos serían inviables si cada día se redefiniera sin previo aviso el significado de la palabra metro, el capitalismo se tambalea cuando se juguetea con su unidad de cuenta, medida de valor de todos los proyectos empresariales. Los gobiernos lo saben, y en ello han estado... y siguen estando.
¿Por qué no bajan los pisos?
Zapatero se ha empeñado en que en España no puede quebrar ninguna entidad financiera porque, a su juicio, perjudicaría su imagen cuando nuestro país se haga cargo de la presidencia de turno de la Unión Europea el 1 de enero de 2010. Para ello está arbitrando todo tipo de medidas y ayudas con tal de que los bancos y cajas salgan adelante, incluso aquellas entidades incapaces de sobrevivir por sí mismas si no es con la ayuda del Estado. Con ello se está evitando que sus carteras de activos inmobiliarios, engrosadas en muchos casos con las viviendas procedentes de embargos por impago del crédito hipotecario, salgan al mercado a precios muy inferiores a los actuales. Se trata con ello, en última instancia, de evitar que bancos y cajas tengan que anotar en sus cuentas las pérdidas ocasionadas por esa venta, que debilitarían aún más sus ratios de capital e incrementarían sus números rojos y sus dificultades para salir adelante.
Lo mismo cabe decir de las medidas que el Gobierno está tomando para tratar de ayudar a los promotores inmobiliarios, los primeros que se niegan a asumir pérdidas por las inversiones realizadas en la compra de suelo y la edificación de viviendas. En su momento, sus representantes ya amenazaron con que si tenían que vender con pérdidas los pisos que hoy tienen vacíos, quienes les concedieron los créditos sufrirían las consecuencias. Vamos, que amenazaron a los bancos y cajas con el impago de esos créditos e, indirectamente, al Ejecutivo con hacer saltar por los aíres su estrategia de impedir que en España quiebre una sola entidad financiera.
De esta forma, Zapatero, prisionero de sus propias decisiones y sus propias acciones, está contribuyendo a prolongar innecesariamente el ajuste del sector inmobiliario y, con ello, a retrasar la salida de la crisis a costa de los españoles: a costa de quienes están en paro o se van a ir a él en los próximos meses y a costa, también, de quien necesite y pueda adquirir una vivienda en estos momentos por la cual va a tener que pagar un precio muy superior al que abonaría si se dejara que las cosas discurrieran por su curso natural. Son las consecuencias de gobernar pensando en los intereses particulares del presidente –que ya ni siquiera de su partido– y de dar la espalda a los más generales de la sociedad.
lunes, 29 de junio de 2009
Stiglitz y el Centro
Empecemos por la idolatría del centro, un clásico recurso que aprovecha la sabiduría aristotélica pero oculta que el centro para ser virtuoso debe equidistar de dos males análogos y correctamente identificados. No cualquier posición intermedia es plausible por definición. Agotar la realidad política, por ejemplo, entre derecha e izquierda no convierte al centro político en admirable. Y Stiglitz lo sabe.
El segundo disparate es la identificación incorrecta de la Cumbre de Davos con el liberalismo. Nunca ha sido una reunión de liberales. Es la iniciativa de un listo que decidió dar a los políticos lo que más les gusta: apariencia de seriedad, de apertura de miras y de honda preocupación por los problemas del planeta. Se le ocurrió también la brillante idea de no aislarlos sino de juntarlos con personajes variopintos del mundo empresarial, académico y periodístico. Se agita este cóctel y sale Davos, de donde jamás ha brotado ni una sola idea clara a favor de la libertad y de donde siempre han brotado bobadas grandilocuentes pero ampliamente compartidas por el pensamiento convencional. Ahora están todos reflexionando sobre la codicia y los excesos del capitalismo, es decir, exactamente lo que une y satisface a los políticos, los reformistas y las almas antiliberales más o menos cándidas de todo el mundo. De liberalismo, pues, nada de nada. Y Stiglitz lo sabe.
La tercer tomadura de pelo es más insidiosa. La Cumbre de Porto Alegre tiene el mismo origen que la de Davos pero para la izquierda, incluida la más populista y más extrema, como lo prueba el hecho de que allí vivaquean desde Chávez hasta la valiente muchachada de Batasuna y las FARC. También se sienten divinamente como referentes del progreso del mundo mundial, y procuran distinguirse de sus colegas de Davos, acusándolos de –mire usted por dónde– liberales. En Porto Alegre se da cita el totalitarismo socialista, no una idealista, amable y bienintencionada "utopía". Y Stiglitz lo sabe.
jueves, 25 de junio de 2009
En España no hace falta un Le Pen....
El BNG y el PSdeG, ciegos a las enseñanzas de sus derrotas, recurrieron a su retórica tremendista para oponerse a un derecho tan elemental como que los aspirantes puedan elegir cualquiera de las dos lenguas cooficiales. Lo cual, cosa que ocultan ambos partidos, no les exime de conocer el gallego. O disponen de un título que lo acredite o deberán realizar una prueba en ese idioma. Pero qué importa la realidad cuando se trata de proclamar que acaba de producirse "el 18 de julio contra el gallego", como sentenció para gloria del esperpento y ridículo propio, el socialista José Manuel Lage Tuñas. Extraño golpe ése, que vuelve a acercar la norma al Estatuto y a la Constitución y a la condición bilingüe de Galicia, que los de Touriño y los del Bloque quisieron destruir a golpe –ahí sí– de decreto y policía lingüística.
Pero procedería del nacionalismo fetén –el del PSdeG es sobrevenido, aunque no menos extremista– el berrido más revelador de cuantos se escucharon en la Cámara. Bieto Lobeira, del BNG, alertó de la invasión que se avecina por culpa de esa libertad de elección de idioma en los exámenes. De un diputado que apeló a un futuro holocausto nuclear para reclamar la galleguización de los cementerios se podía esperar que profetizara la próxima llegada de los marcianos con el malvado designio de ocupar los preciados puestos de la Xunta. Pero no, es aún más grave. El odioso ejército que amenaza con "un desembarco" en Galicia son "personas de fuera". ¡Españoles! Extranjeros que podrán instalarse como funcionarios en las tierras de Breogán y corromper la prístina pureza de los indígenas. Los españoles son, para el nacionanismo, mucho más peligrosos que los extraterrestres.
La aportación de Lobeira a los derechos humanos y a la convivencia se cifra en este mensaje: vendrán otros españoles a robarles el trabajo a los gallegos, que en la definición nacionalista son, de modo exclusivo, sus propias huestes y acólitos. Quien se pregunte por qué en España no ha surgido un Frente Nacional como en Francia ha de buscar respuesta en ese discurso xenófobo. El espacio político del ultraderechista Le Pen lo ocupan aquí los secesionistas y sus clones.
miércoles, 24 de junio de 2009
Zapatero necesita unas Tijeras.
Sin embargo, en una insistente demostración de irresponsabilidad política, Zapatero sigue haciendo oídos sordos a las advertencias lanzadas desde el Banco de España y el Banco Central Europeo. ¿Resultado? El déficit del Estado (diferencia entre ingresos y gastos) se ha triplicado en mayo con respecto a abril, hasta provocar un agujero próximo a los 20.000 millones de euros en las arcas públicas, equivalente al 1,78% del PIB.
Los recursos no financieros (ingresos) ascendieron a 45.358 millones de euros durante los cinco primeros meses del año, mientras que los empleos no financieros (gastos) del Estado se situaron en 64.901 millones. Pero lo relevante no son tanto las cifras sino su evolución. Así, los ingresos, vía recaudación fiscal, se hundieron un 24,9% hasta el pasado mayo con respecto al mismo período de 2008. Por el contrario, el gasto público crece a un ritmo del 13% interanual, según los propios datos de Economía.
Y el problema es que la brecha no tiene visos de reducción a medio plazo. Como consecuencia, el Gobierno está tirando de deuda pública para compensar la drástica caída de los ingresos tributarios y, así, poder mantener sus compromisos como, por ejemplo, el pago de las prestaciones por desempleo. Es decir, las arcas públicas se enfrentan ya a un acuciante problema de liquidez. No obstante, en los últimos 12 meses el Tesoro ha colocado cerca de 100.000 millones de euros en el mercado de bonos y se esperan otros tantos, como mínimo, para el próximo año.
Ante tal presión, Salgado & Company se han puesto manos a la obra con el fin de aumentar la recaudación. Si la primera subida ha afectado a los tributos indirectos, todo apunta a que los siguientes en experimentar modificaciones al alza serán, sin duda, los directos y los que gravan el capital, esto es, el ahorro.
Se trata no sólo de una política insostenible, sino de una estrategia destinada al suicidio colectivo. Imagínese por un momento la gestión de Zapatero aplicada al ámbito de la economía doméstica. En una familia de cuatro miembros, tres de ellos (padre, madre e hijo mayor) trabajan, aportando recursos periódicos al sostenimiento del hogar, como las cuotas de la hipoteca, el préstamo del coche y el pago de las facturas. La crisis deja en el paro a uno de ellos, restando en un 25% ó 30% el volumen total de ingresos que percibía dicha familia.
Pese a ello, no sólo se obstinan en mantener el nivel de gastos anterior sino que, alegremente, deciden viajar todos juntos al Caribe para celebrar la buena nueva y, por si fuera poco, renuevan su antiguo coche aprovechando las ayudas públicas que ofrece el ministro Sebastián. No obstante, malo será que en unos meses, como mucho, la economía no mejore y vuelvan a surgir oportunidades de trabajo, tal y como afirma el presidente Zapatero en el telediario de TVE.
Pero mientras espera, su nivel de gastos ya ha crecido un 15% anual, y como la familia en cuestión no dispone de ahorros, acuden al banco para solicitar un crédito con el que sufragar tales "necesidades básicas". ¿Cuál sería la respuesta del banquero? En este caso es amigo por lo que, sin atender a la lógica, accede. A cambio, eso sí, de un buen aval para cubrir el préstamo. Ahora bien. ¿Y si el padre que se ha quedado en paro no encuentra trabajo ni en un año ni en dos? Es más, ¿y si durante ese período el hijo mayor también se queda sin empleo? ¿Y si, aún así, la familia mantiene e, incluso, incrementa su nivel de gastos? En este caso, es seguro que el banquero perderá un amigo pero, cumpliendo su obligación, ejecutará el aval y la familia entrará en quiebra.
En lugar de recortar gastos, Zapatero está siguiendo justo la receta contraria. Al fin y al cabo, su banca de confianza (el Tesoro) avalará todos los dispendios habidos y por haber mediante la emisión de deuda pública, ya que el Gobierno cuenta con un aval muy potente (la recaudación de impuestos futuros). Pero, ¿y si la crisis se prolonga más allá de las previsiones optimistas del Gobierno? ¿Y si el paro en España alcanza los seis millones de parados? Los ingresos fiscales serán entonces todavía menores. ¿Y si en este contexto las necesidades de gasto se disparan otros 100.000 ó 200.000 millones, tan sólo como resultado del rescate bancario? Tarde o temprano los acreedores dirán basta. El coste del crédito explotará e, incluso, podría llegar a cerrarse.
Lo que necesita Zapatero no es, pues, una chequera sino unas tijeras de tamaño jardín para aplicar un recorte drástico en los Presupuestos Generales del Estado, al igual que todos los presidentes autonómicos y autoridades locales de este país. Y después, bajar impuestos para fomentar el ahorro y aliviar la carga fiscal de familias y empresas. Por desgracia, esto no va a ocurrir... La poda la realizará otro. Y ésta será por imposición, sin recomendaciones o sugerencias de ningún tipo.
La Esencia de la España de las Autonomías.
Pero la deuda de los Gobiernos autonómicos es sólo una parte de lo que está ocurriendo en las regiones españolas. Para enchufar a parientes, amiguetes y simpatizantes, varios presidentes autonómicos han creado empresas innecesarias, muchas veces virtuales, que acumulan una deuda cercana ya a los 15.000 millones de euros.
Las cifras asustan. Según las Cuentas Financieras de España, las Autonomías arrastran una deuda de 96.293 millones de euros. Si a esa cantidad se le añade la deuda de las empresas públicas nos tropezaremos con una cantidad total superior ya a los 110.000 millones de euros. Aparte, claro, las partidas, a veces asustantes, de los Ayuntamientos.
Y lo peor. Ni un signo de rectificación. Los Gobiernos autonómicos están montados sobre los palacios suntuosos, el incremento de los funcionarios, los viajes gratis total, los automóviles desbocados, los escoltas, chóferes, asistentes, colaboradores y asesores, las subvenciones sin tino, los patrocinios incesantes, la orgía permanente de los banquetes y los festejos… Un derroche sin límites, en fin, el despilfarro del dinero que procede de los impuestos con que se sangra a los ciudadanos que trabajan.
lunes, 22 de junio de 2009
Fascialismo.
Benito Mussolini, Fascism: Doctrines and Institutions (Pág. 10)
Los dos peores azotes de la humanidad en el siglo XX fueron el socialismo y el fascismo. Juntos hicieron pedazos buena parte de la economía mundial a causa de su compartida "fatal arrogancia" (término de F.A. Hayek) según la cual los planificadores centrales del gobierno eran superiores a la propiedad privada y los mercados libres. Los gobiernos fascistas y socialistas (no es que haya mucha diferencia entre ellos) asesinaron a más de 100 millones de sus propios ciudadanos, como ha documentado el sociólogo R.J. Rummel en su libro Death by Government, e instigaron guerras que causaron las muertes de otros millones más.
Increíblemente, el duopolio bipartidista que desde hace tanto ha gobernado América, ha adoptado tanto el fascismo como el socialismo como características definitorias de nuestro sistema económico. Llamémoslo Fascialismo. Es una receta para el suicidio económico nacional.
Fascismo económico
El fascismo económico, tal y como fue practicado por Italia y Alemania en la década de 1920 y 1930, permitió existir a la propiedad y la empresa privada, pero sólo si ésta estaba estrictamente controlada y regulada por el estado para así servir al "interés público" y no a intereses privados.
La filosofía del fascismo alemán fue expresada en el eslogan Gemeinnutz geht vor Eigennutz, que significa que "el bien común precede al bien privado". "El ario", escribió Hitler en Mein Kampf, "subordina por voluntad propia su propio ego a la comunidad y, si la ocasión lo requiere, incluso lo sacrifica". Esto suena mucho al tema de la campaña de John McCain de "Country First" (El país primero), antes del interés propio.
Por supuesto, es el gobierno quien decide lo que constituye "el bien común". ¿Hay alguna duda de que el gobierno definirá ahora lo que constituye "el bien común" en la industria bancaria y automovilística -y en la asistencia sanitaria cuando sea nacionalizada por completo-?
La filosofía detrás del fascismo italiano era prácticamente idéntica. "La concepción fascista de la vida", escribió Mussolini en Fascismo: Doctrinas e Instituciones, "enfatiza la importancia del Estado y acepta al individuo solo en tanto en cuanto sus intereses coincidan con los del Estado".
Es sorprendente ver cómo con tanta frecuencia las declaraciones de la política económica contemporánea son idénticas a las que fueron hechas por los fascistas europeos de la primera parte del siglo XX. Mussolini, por ejemplo, se quejó en 1935 de que la intervención del gobierno en la economía italiana era "demasiado diversa y en direcciones opuestas. Ha habido... intervenciones, caso por caso, según fuera la necesidad que surgiera". Su asesor, Fausto Pitigliano, explicó que bajo el fascismo, en cambio, la regulación gubernamental conseguiría una cierta “unidad de objetivos".
Así es exactamente cómo los poderes de Washington D.C. han diagnosticado la presente crisis financiera: ha habido demasiado poca regulación en el mercado financiero, nos dicen, y ha sido también, diversa y con contrastes. Así, han encomendado a una Super Autoridad Reguladora que supuestamente regulará y controlará todos los "riesgos sistémicos" que se tomen en el conjunto de la economía.
El único debate es si debería crearse una nueva agencia para alcanzar esta "unidad de objetivos" o si se le debería dar la responsabilidad a la Reserva Federal -que fue quien causó la actual crisis económica en primer lugar-.
Las asociación entre gobierno y empresas fue un sello distintivo de ambos fascismos, el italiano y el alemán. Como apuntó una vez Ayn Rand, sin embargo, en esas "asociaciones" el gobierno es siempre el "socio principal". La "colaboración" entre los gobiernos y el ámbito de los negocios era supuestamente necesaria en la Italia fascista, porque como explicó Fausto Pitigliani en su libro de 1934, El Estado Corporativista italiano, "el principio de la iniciativa privada solo podría ser útil al servicio del interés nacional".
Es este "servicio de interés nacional" el que pretende realizar el recientemente nombrado "Zar del coche" en la Administración Obama (junto con alrededor de otros veinte zares hasta el momento).
Es inevitable que el producto final sean los peores coches del mundo, subsidios y rescates ilimitados, y una deuda impresionante apilada sobre las espaldas de los contribuyentes. Todo esto para pagar una campaña de deuda al sindicato de los trabajadores de la industria automovilística (UAW), quienes realmente cargan con la mayor parte de la responsabilidad por la destrucción de General Motors y Chrysler.
La característica distintiva de la política económica de la administración Obama hasta el momento, son unas forzadas "asociaciones" con docenas de grandes bancos, además de con General Motors y Chrysler. Está amenazando cientos de esas "asociaciones" más en nombre de la regulación medioambiental. Y esto en sólo sus primeros cinco meses. Mussolini estaría lleno de envidia.
El fascismo italiano creó una economía gigante del rescate. El crítico social italiano Gaetano Salvemini escribió en su libro de 1936, Under the Axe of Fascism (Bajo el Hacha del Fascismo), que "es el Estado (esto es, los contribuyentes) quien se ha convertido en responsable de la empresa privada. En la Italia fascista el Estado paga por los errores garrafales de la empresa privada".
"Los beneficios seguían existiendo en la iniciativa privada", escribió Salvemini, pero "el Gobierno añadía las pérdidas como carga a los contribuyentes. El beneficio es privado e individual. La pérdida es pública y social". ¿No les suena familiar?.
El mismo Mussolini presumió en 1934 de que "las tres cuartas partes del sistema económico italiano habían sido subvencionados por el Gobierno", escribió Salvemini. La Administración Obama (con el empujón de inicio de la administración Bush) está en camino de exceder este nivel de saqueo.
Socialismo
En el prefacio a la edición de 1976 de su famoso libro, Camino de servidumbre, F.A. Hayek escribió que, cuando el libro fue publicado por primera vez en 1944, el socialismo significaba "la nacionalización de forma inequívoca de los medios de producción y la planificación económica central que hacía esto necesario".
Pero por los años 70, "socialismo había llegado a significar principalmente la extensiva redistribución de los ingresos mediante la imposición y las instituciones del estado de bienestar". Así, desde los años 1930 el Partido Demócrata en América ha sido el partido del socialismo, con el Partido Republicano o bien haciendo muy poca o inefectiva oposición, o bien, como en la Administración del Presidente George W. Bush, sirviendo como cómplices.
La Administración Bush expandió enormemente el estado del bienestar, mientras que Obama trata de expandirlo mucho más rápido, especialmente si tiene éxito en implementar el socialismo en el sistema sanitario y en imponer niveles de imposición sobre los ingresos todavía más lesivos sobre los ciudadanos más productivos.
Obama promete lo peor de todos los mundos económicos: una vasta expansión del socialismo en forma de estado de bienestar, como lo definió Hayek, junto con una pesada dosis de socialismo estalinista pasado de moda de la primera parte del siglo XX, con la nacionalización de bancos, compañías de automóviles, las industrias de la asistencia sanitaria, y cualquier otra con la que pueda quedar impune. El culto a la personalidad al estilo Mussolini que ha desarrollado a su alrededor le facilitará este camino desastroso hacia el suicidio económico nacional.
Artículo escrito por Thomas J. DiLorenzo, profesor de economía y autor de varios libros de historia norteamericana, donde revisa las lecciones que los americanos han aprendido en la escuela sobre Abraham Lincoln o el mismo sistema capitalista.
Los Derroches de Obama
El plan de estímulo económico del presidente de EEUU, Barack Obama, obtuvo la luz verde del Congreso a principios de año. La American Recovery and Reinvestment Act cuenta con 787.000 millones de dólares para, al igual que el Plan E de España, intentar frenar el creciente desempleo que sufre el país. Se trata de un ingente programa de gasto público para la construcción de infraestructuras y el desarrollo de diversos proyectos, y sus líneas generales ya avanzaban serias dudas, tal y como reflejó Libertad Digital.
Sin embargo, las pruebas de la eficacia real del citado plan crecen por momentos. La aprobación de esta partida presupuestaria ha disparado el ya de por sí elevado déficit público de EEUU, que podría superar el 13% del PIB en el presente ejercicio.
Obama afirmó que el citado plan era imprescindible para crear puestos de trabajo y, así, poder reducir el paro. Sin embargo, tal y como avanzó LD, los datos muestran que el presidente ha incumplido su promesa. La tasa de desempleo sigue en aumento y supera ya las cifras que el equipo económico del presidente había previsto en caso de no aprobar ningún plan de estímulo económico. De hecho, Obama planea acelerar la ejecución del gasto público para intentar crear 600.000 puestos de trabajo en los próximos 100 días, a la vista del escaso éxito que está obteniendo su proyecto.
A dicho fracaso se suma, además, el despilfarro de dinero público que el Gobierno ha propiciado en su intento por salvar de la quiebra al sector de la automoción estadounidense -unos 110.000 millones de dólares-. Por si ello fuera poco, más de 50.000 millones de dólares del Plan E de Obama serán robados a los contribuyentes una vez que el dinero empiece a fluir por la economía, según David Williams, asesor de Deloitte.
Estos y otros desaguisados están restando apoyo popular a este tipo de medidas. Así, una reciente encuesta de opinión de Rasmussen Reports -una compañía de sondeos de referencia en EEUU- señala que el 45% de los norteamericanos quieren que se cancele de inmediato el plan de estímulo del Gobierno.
Y es que, el Plan E de Obama no sólo está frenando el paro sino que está derrochando el dinero público, tal y como indica un informe elaborado por Tom Coburn, senador republicano por Oklahoma. El documento, que acaba de ser presentado en el Senado, recoge 100 proyectos de muy dudosa eficacia, por valor de unos 5.500 millones de dólares.
El objetivo del estudio consiste en tratar de aclarar las siguientes cuestiones: ¿qué tipo de puestos de trabajo se están creando? ¿Son estos empleos permanentes o temporales? ¿Cuáles son las ventajas de los proyectos financiados mediante el plan de estímulo? ¿Mejorarán en algo la vida de los contribuyentes?
La respuesta parece clara, según Coburn, a la vista de algunas de las medidas que está financiando el Gobierno de EEUU:
Un pueblo de Florida ha recibido 128 millones de dólares para construir un puente que conectaría las localidades de Stuart y Palm City. Pero es innecesario, según los propios habitantes de la zona: ya existe un puente cercano que cumple tal función. Además, las parcelas necesarias para su construcción no se prevén adquirir hasta 2011.
Otro caso paradigmático es el de Perkins (Oklahoma), en donde los vecinos tendrán que pagar más impuestos debido, precisamente, al plan de estímulo de Obama. La localidad ha recibido 1,44 millones de dólares para construir una nueva depuradora de aguas residuales. Sin embargo, el municipio debe cumplir una serie de requisitos federales para usar la subvención, hasta el punto de que el coste de la planta ha pasado de los 5,26 millones inicialmente previstos a un total de 7,2 millones de dólares. Como resultado, las tasas del alcantarillado han subido un 60%.
El Estado de Wisconsin tiene 1.256 puentes deficientes que deberían ser reparados. Pese a ello, el Gobierno de Washington ha destinado 15,8 millones de dólares para reformar 37 puentes rurales que casi nadie utiliza (por muchos transitan menos de 100 vehículos al día).
Algo similar sucede con el aeropuerto de Johnstown (Pennsylvania), que dispondrá de 800.000 dólares para repavimentar una pista de aterrizaje en donde casi no aterrizan aviones, o la inversión de 1 millón de dólares en un lago de Oklahoma que no existe.
El Gobierno también se gastará 10 millones para renovar una estación de tren abandonada hace 30 años, ubicada en Lancaster County (Pennsylvania). Por otra parte, el Gobierno pretende construir en Lake Jackson (Florida) una eco-ruta para evitar que las tortugas de la zona crucen la carretera y sean atropelladas. ¿Precio?: 3,4 millones de dólares.
Destaca, igualmente, que la Seguridad Social haya remitido cheques de estímulo de 250 dólares a 10.000 personas que ya han fallecido. De hecho, algunos de los beneficiarios murieron hace más de 30 años.
Mientras, la localidad de Town of Union (New York) se llevó toda una sorpresa al recibir 578.661 dólares del plan de estímulo de Obama para ayudar a los vagabundos. Curiosamente, las autoridades locales no solicitaron ningún dinero y, de hecho, no les consta que existan personas sin techo en sus calles.
Otros proyectos curiosos financiados por Washington son los siguientes: 20.000 dólares para un congelador de esperma de peces; 644.000 dólares para construir un parking público que ningún vecino quiere; 1,5 millones de dólares para colocar una valla en un puente con el fin de prevenir suicidios; 356.000 dólares para que la Universidad de Indiana investigue la forma en que los niños diferencian el acento extranjero del acento nativo; 462.000 dólares para reformar los baños del Parque Nacional de Missouri...
Suma y sigue: casi medio millón para subvencionar el pienso para peces que compran las piscifactorías de Missouri; 550.000 dólares para una pista de patinaje (skate) en Pawtucket (Rhode Island); 150 millones de dólares para diseñar una máquina de rayos x; 71.000 dólares para que los estudiantes de Vermont aprendan a conducir en un coche híbrido; 680.000 dólares para que la Universidad de Yale estudie si la dieta y el ejercicio reducen la obesidad; 1,7 millones para cultivar ostras en Carolina del Sur, etc.
11 millones para coches oficiales
Por último, el informe destaca otros casos que rayan el surrealismo. Así, por ejemplo, los legisladores estatales de Iowa se han gastado 11 millones de dólares en coches oficiales que nadie utiliza. Según el representante estatal Christopher Rants, aún llevan las pegatinas del concesionario y el plástico en los asientos. Algunos ni siquiera están matriculados.
Por su parte, Micrsoft -una de las grandes compañías del mundo- recibirá 11 millones de dólares de dinero público para construir un puente que conecte dos de sus campus en Seattle. Ambos edificios están separados por una carretera.
Por si ello fuera poco, gracias al Plan E de Obama, el sheriff de un condado de Utah podrá disfrutar de una Harley Davidson. Mientras, el Gobierno federal ha destinado 15 millones de dólares a un paso fronterizo ubicado en Montana por donde cruzan dos turismos diarios y 2 ó 3 camiones al mes de media, mientras que los pasos fronterizos de México no ha recibido ni un solo dolar de inversión.
El senador Tom Coburn, autor del informe, concluye que, frente a este despilfarro de dinero público, el Gobierno debería centrarse en reducir impuestos y trabas legales a familias, trabajadores y empresas, ya que es el único “estímulo real” que “crea puestos de trabajo a largo plazo”.
Una razón más para la INSUMISIÓN FISCAL
Como explica Angel Collado en ABC, son todo un entramado institucional paralelo, descoordinado y al margen de la diplomacia y el servicio exterior del Estado (que cuenta embajadores en 190 países) con cientos de funcionarios y dirigentes políticos que tiene en el caso de la Generalitat catalana su máximo exponente: 46 delegaciones en el mundo, casi una cuarta parte del total.
El servicio exterior del ejecutivo autonómico de Montilla está ahora controlado por su vicepresidente, Josep Lluis Carod-Rovira, que a su vez tiene colocado al frente de la «Delegación de la Generalitat de Cataluña en Francia» -la representación más señera de sus «embajadas»- a un dirigente de la máxima confianza: su hermano Apel.les Carod-Rovira.
La sede se sitúa en uno de los mejores barrios de la capital francesa, en el número de la calle de la Boétie.
Comercio y diplomacia
Los datos, la «relación de oficinas o unidades administrativas dependientes de las comunidades autónomas o entes locales ubicadas en el extranjero», han sido remitidos al Congreso por el Gobierno y permiten dibujar una maraña de oficinas de promoción económica ligada a los intereses locales de las distintas regiones españolas.
Pero también el soporte de un servicio diplomático nada disimulado para las Comunidades controladas por nacionalistas y con aspiraciones a dar el salto a la condición Estado independiente o asociado como es el caso de Cataluña o, hasta hace poco, el País Vasco.
El imparable crecimiento del Estado de las Autonomías, pese a la recesión económica general y el endeudamiento que acumulan en sus propias cuentas, también está presente en su proyección en el exterior.
En el ejercicio de 2008, ya en plena crisis y con la tasa de paro disparada, las administraciones públicas han continuado creciendo en número de funcionarios.
Y la Generalitat catalana aprobó el mes pasado la creación de otra delegación, en esta ocasión en México, con el objetivo de «intensificar las relaciones bilaterales con las autoridades de México y los países de Centroamérica», en palabras de la portavoz del ejecutivo que preside Montilla, Aurora Massip.
Un delegado de la Generalitat de Cataluña en el extranjero tiene el rango de director general -cobra 87.500 euros anuales- y tiene a su cargo un número de funcionarios o asesores que oscila entre 5 y 10, según el peso económico o administrativo de la plaza en cuestión.
El gobierno autonómico, desde los tiempos de Jordi Pujol, se vuelca en las principales capitales europeas y de los Estados Unidos, además de en China. Pero también extiende su red de influencia a todos los rincones del planeta a través de oficinas de menor entidad, en ocasiones encargadas a ciudadanos particulares.
Ciudadanos particulares
El tripartito mantiene hasta cinco centros abiertos en Alemania o cuatro en los Estados Unidos y llega a tener un representante particular en Bogotá -Lluis Castellar-, según consta en la documentación enviada al Congreso con un detalle poco usual para lo que acostumbra el Ejecutivo de Zapatero, siempre renuente a entregar la información que afecta a su gestión directa.
A la mayoría de las capitales europeas, americanas y de países desarrollados de los demás continentes llega el Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca).
En Alemania se suma la delegación como tal, la «embajada» política con sede en Berlín, además del Instituto Catalán de Industrias Culturales (ICIC) y un Centro de Promoción Cultural con sede en Frankfurt.
En Stuttgardt hay hay otro Copca. Un despliegue similar se da en Francia, con la delegación «de primera» encabezada por el hermanísimo de Carod y un Copca, ambas representaciones con sede en París. Además de otro Copca en Lyon, en Perpiñán, para los nacionalistas capital de «la Cataluña norte», hay una Casa de la Generalitat.
En Park Avenue
En los Estados Unidos están registradas otras cuatro oficinas de la Generalitat. Nueva York acoge la sede principal, situada en lo mejor y más caro de la capital: Park Avenue. Está complementado con el habitual Copca para las promociones económicas. La misma institución está en otras dos ciudades estadounidenses: Los Ángeles y Miami.
Le siguen en importancia las delegaciones en Londres: Copca, Oficina de Turismo e Instituto Catalán de las Industrias Culturales. El peso económico de China se constata con las dos oficinas de promoción comercial, uno en Pekín y otro en Shangahi.
En Iberoamérica, la Generalitat está presente en casi todas las capitales, desde México a Santiago de Chile, donde además de un Copca se registra un Centro Catalán. Tiene oficinas en toda América, desde potencias económicas como Canadá o Brasil hasta países de menor rango de desarrollo como Uruguay o Nicaragua.
Hasta Ucrania
Aparte de la europa de la Unión y con presencia reforzada en Bruselas En el resto del mundo, el gobierno autonómico catalán tiene representaciones en casi todos los países con peso internacional: La India, Rusia, Egipto, Marruecos, Suráfrica, Turquía, Australia, Japón o Emiratos Árabes. Hasta Ucrania llega la red de la Generalitat con una oficina de turismo.
EL DESMELE CATALÁN
La Generalitat catalana se lleva la palma en la creación de su propio servicio exterior, fue pionera y le da un evidente calado político a sus delegaciones, pero no es la única autonomía que extiende sus redes por todo el mundo.
Desde el Gobierno vasco, el PNV también organizó su red de influencias y representación, pero sobre todo en los países donde hay descendientes de vascos. Es la otra faceta de sumo interé para los gobiernos regionales: atender a los sectores de la emigración, a veces al margen de las embajadas «nacionales» para atraerse su voto. También es el caso también de la Xunta gallega.
Después del gobierno de Montilla, es el de la Comunidad Valenciana el que tiene más delegaciones por el mundo. Son 27 oficinas pero, a diferencia de las catalanas, sin aspiraciones de representación diplomática, exclusivamente dedicadas a la promoción económica. Por debajo de 20 sedes están Andalucía, Madrid y Galicia.
Las regiones con más emigración en el extranjero, como Canarias, Asturias y Galicia, extienden sus oficinas por los países de destino: principalmente en Iberoamérica. Todas las autonomías han establecido delegaciones en Bruselas como capital de la UE, para seguir de cerca todos los asuntos que afectan a sus intereses locales.
Reconvertir en La Habana
Con respecto a su población, el Gobierno vasco es el que tiene una mayor proyección en el exterior: 15 delegaciones en todo el mundo, desde Sangai a Santiago de Chile o Cuba, donde se sitúa una «sociedad para la promoción y reconversión industrial» (Ciudad de la Habana).
En los EE.UU. tienen oficina en Chicago, mientras que en México también imitan el modelo catalán con un «delegado» del Gobierno vasco como tal y un «asesor de relaciones exteriores».
En Nicaragua hay un «Fondo Vasco», mientras que en Brasil se registra una sociedad para la reconversión industrial, como la anteriormente mencionda en la caso de La Habana.
Empezamos a Pagar la Fiesta del Indigente Intelectual (Sr. Zapatero)
No había otra alternativa. Cualquier unidad o agente económico que tenga sus cuentas desequilibradas (que sistemáticamente gaste más de lo que ingrese) sólo tiene a largo plazo dos opciones: o reducir los gastos o incrementar los ingresos. A esta sencilla lógica económica, que cualquier gestor familiar conoce a la perfección, tampoco escapa la administración pública: o aumenta sus ingresos (más impuestos) o reduce sus gastos.
El Gobierno ha optado claramente por lo primero, esto es, por sufragar sus dispendios de nuevo rico castigando fiscalmente tanto como sea posible a unos ciudadanos que sí son conscientes de la necesidad de ajustarse el cinturón en sus finanzas personales. Es lo que tiene la ideología socialista: el Estado siempre va por delante de sus súbditos y oportunidades tan propicias como las crisis para expandir su poder (sus gastos y sus competencias) nunca deben desaprovecharse.
Sin embargo, a estas alturas debería quedar claro que incrementar el gasto público y los impuestos con la finalidad de prosperar es, como decía Churchill, similar a "un hombre con los pies en un cubo tratando de levantase estirando del asa". Lo que ahora mismo necesita la economía no es ni más gasto (sobre todo gasto corriente) ni más impuestos (sobre todo impuestos que graven el ahorro), sino todo lo contrario: una reducción muy considerable del presupuesto estatal en sus dos vertientes.
Es cierto que esta propuesta ha sido en ocasiones defendida con la boca pequeña por el Partido Popular, pero los socialistas siempre les reprochan, no sin cierta razón, que nunca indican partidas de gasto a eliminar más allá de epígrafes anecdóticos y de poca cuantía. Son los problemas del liberalismo simpático, que has de caerle en gracia incluso a los que te quitan la cartera para hacerte la vida imposible.
Nuestros prohombres, sin embargo, no tienen más que pasarse por el documento de los presupuestos de 2009 para encontrar algunas partidas que podrían eliminarse sin mayor quebranto para la población; y ni siquiera es necesario entrar en el debate de reducir sustancialmente el gasto social (aunque desde luego podría y debería hacerse).
Por ejemplo, por limitarnos a los gastos de mayor cuantía, el Ministerio de Medio Ambiente tiene asignados en 2009 cerca de 14.000 millones de euros; el de Innovación 8.000; el de Vivienda 1.600 y el de Cultura 1.500. Estos cuatro ministerios, cuya utilidad práctica para los españoles es nula y si acaso negativa, les cuestan a los ciudadanos la friolera de 25.000 millones de euros (más de 600 euros per cápita).
El ruinoso e inútil Plan E ha ascendido a 11.000 millones de dólares, las ayudas al desarrollo para el Tercer Mundo (es decir, a las oligarquías que tiranizan a sus habitantes) suponen unos 3.000 millones (casi el doble que todo el presupuesto del Ministerio de Justicia), las subvenciones a la reconversión industrial 2.000 millones, las subvenciones al transporte 1.000 millones de euros y el chequé bebe otros 1.000 millones. Dicho de otra manera, a los 25.000 millones anteriores se les puede sumar con toda tranquilidad otros 18.000 (de modo que su coste ya asciende a más de 1.000 euros per cápita).
Conviene, con todo, dejar para el final dos de las partidas más importantes como son los 33.000 millones que cobran los funcionarios de la Administración Central y los más 30.000 millones que deberán sufragarse este año en prestaciones de desempleo.
En cuanto a lo primero, por impopular que resulte, el PP ya tuvo en su primera legislatura que congelar el salario de los funcionarios para equilibrar sus cuentas (en 2009, con deflación, tal medida equivaldría a un recorte de sus salarios de donde podrían ahorrarse casi 2.000 millones de euros).
Y por lo que se refiere a lo segundo, si Zapatero no se empeñase en mantener una legislación laboral absolutamente rígida que se transforma en una máquina de destruir empleo, el importe de los subsidios sería mucho menor (para que nos hagamos una idea, para este año se presupuestaron 19.000 millones de euros, con lo que el gasto imprevisto superará a finales del ejercicio los 10.000 millones).
Quede claro además que todas esta cifras se refieren únicamente a la Administración Central, ya que luego se multiplican gracias a las autonomías y los ayuntamientos. Para hacernos una idea, los más de tres millones de funcionarios de todas las administraciones les cuestan al resto de españoles 120.000 millones de euros (unos 3.200 euros per cápita). ¿Cuánto dinero podríamos ahorrarnos eliminando sus partidas, innecesarias (como las televisiones públicas) similares y redundantes?
Parece claro que hay margen para estabilizar las cuentas públicas sin necesidad de incrementar los impuestos. El Estado tiene una enorme capacidad para ahorrar (simplemente arañando un poco en su superficie) y evitar trasladar sus dispendios a los españoles. El problema es, claro, que se puede pero no se quiere. Total, siempre pagan los mismos.
L.D.
Hace ya unos años... (Minutos Musicales).
http://www.youtube.com/watch?v=RHkguRcod80
sábado, 20 de junio de 2009
Nos Joden y Además nos Sermoean...
"La subida de la gasolina a mi me da igual, yo tengo coche oficial, así que el resto que se joda". Con este desprecio a los contribuyentes se ha manifestado, según el PP, el alcalde socialista de Pinto, no sin antes amonestar a un grupo de personas que estaban fumando a las puertas del Ayuntamiento.
Por mucha indignación que provoquen estas, ciertamente, indignante manifestaciones, tienen al menos la enorme virtud de no tratar de engañar sino de mostrar de manera descarnada el carácter antisocial de la voracidad fiscal de este Gobierno. A mí en el fondo me parecen mucho más criticables quienes maquillan el expolio y el desprecio a los ciudadanos como si de un imperativo moral se tratara, como si fuese en beneficio de quienes, efectivamente, nos "jode" –y mucho– que nos suban los impuestos.
Tal es el caso del "bueno" de Zapatero quien, en una reciente entrevista a Cuatro, se ha referido al incremento del Impuesto sobre Hidrocarburos, no por motivaciones recaudatorias, sino como parte de su "compromiso ecológico" y con la finalidad de "ahorrar energía". Naturalmente, Zapatero también tiene, no ya uno, sino varios coches y hasta aviones oficiales, que no ha dejado de utilizar ni siquiera para acudir a actos de partido.
El hipócrita sermón de Zapatero también ha hecho referencia al incremento del Impuesto sobre las Labores del Tabaco que, según él, tampoco ha sido anunciado con "afán recaudatorio", sino como "parte de la lucha contra el tabaquismo y a favor de la salud de los ciudadanos". Ya ven, encima tendremos que darles las gracias.
Otro tanto se podría decir de Rubalcaba y la vergonzosa modificación de la Ley de Tráfico, que ha sido aprobada por todos los partidos, con la timorata excepción de un PP que se ha abstenido. Esta modificación de la ley da ciertamente muchas facilidades a los conductores, pero sólo para pagar multas. Así, las bonificaciones de un 50 por ciento por pronto pago, tal y como han denunciado diversas asociaciones automovilísticas, hace que cueste más barato aceptar una culpa que no es tuya que defender el derecho a recurrir. Con una red de carreteras y unos automóviles incomparablemente mejores y más seguros, no sólo tenemos las mismas limitaciones de velocidad que hace cuarenta años, sino que encima ahora el Gobierno ha eliminado el margen de permisividad de 10 kilómetros por hora en multas de velocidad. Se pagarán 100 euros desde el primer kilómetro de exceso. Eso, por no hablar de la medida, de dudosa constitucionalidad, de impedir a los conductores con dos sanciones firmes graves vender su coche ni renovar el permiso de circulación.
Ante esta norma que eleva la cuantía de algunas multas y disminuye los derechos de los ciudadanos, Rubalcaba también podría haber espetado un "que se jodan". Naturalmente, y por el contrario, lo que ha dicho el ministro es que la reforma de la ley lo que aumenta es "su efecto pedagógico". "Lo que se trata no es de multar más, sino de multar menos y que se infrinja menos. Lo que se trata es de mejorar la seguridad vial". Nuevamente, habrá que darles las gracias.
En definitiva, que es esa pretensión de que les demos encima las gracias lo que a mi más me jode.
Fachas Crispadores del Banco Central Europeo.
http://www.libertaddigital.com/economia/el-bce-esta-aterrado-por-la-sangria-laboral-espanola-y-acusa-a-zapatero-de-enganarse-1276362670/
Despilfarro: Pagamos Todos.
P.D. A día de hoy,aún no se han exigido responsabilidades de ningún tipo (ni a ningún tipo).
http://blogs.periodistadigital.com/politica.php/2009/06/19/tourino-sillas-remodelacion-despacho-9999
La Verguenza de un país donde se publica la verguenza de "El Pais".
Cinta manipulada
Actualizado el 20/6/2009 - 08:00h
El diario El País publicó la grabación de una conversación entre el presidente valenciano, Francisco Camps y el delegado de Francisco Correa en Valencia, Alvaro Pérez “el Bigotes”, según la cual éste habría realizado regalos de alto valor a Camps, a su mujer y a su hija en enero de 2009.
En la grabación la esposa del presidente valenciano considera que el regalo realizado era excesivo, a tenor de las expresiones utilizadas durante la conversación que ella mantuvo con Álvaro Pérez, hasta el punto de sugerir que le iba a devolver el regalo.
Y precisamente lo que falta en la transcripción de la cinta es cuando pide a “El Bigotes” que pase al día siguiente a recoger el regalo por la farmacia que regenta.
¿Una manipulación del diario? ¿O de la persona que ha filtrado todo el sumario?
Que nadie olvide esto...
Zapatero negoció de tú a tú con los etarras, comprometiendo la dignidad de Estado, en uno de los pasajes más vergonzosos de la reciente Historia de España. Quería presentarse a las elecciones como el gran pacificador y no ahorró a los españoles ni humillaciones ni vejaciones ni embustes. Incluso tras la atrocidad de Barajas mintió a los ciudadanos afirmando que había roto la negociación con Eta cuando seguía haciéndolo, según reconoció más tarde. Todavía son muchos los que creen que Zapatero, a través de agentes internacionales, se mantiene en la negociación subterránea.
A Eta no se la debe combatir con el crimen de Estado, como hizo el PSOE en el turbio asunto del Gal; ni tampoco con la negociación política humillante como ha hecho el PSOE de Zapatero. A Eta hay que destruirla desde el Estado de Derecho, con todo el peso del Estado de Derecho, pero sin salirse del Estado de Derecho.
La banda terrorista acaba de poner su firma de sangre y muerte al pie de las elecciones vascas. No sé cómo habrán reaccionado las conciencias de los magistrados del Tribunal Constitucional que, cobardes y pusilánimes, justificaron contra la misma evidencia la legalización de un partido político que era, que es solamente una máscara de Eta.
¿Aplaudible o Censurable?
Se ganó el nombre de Robin de los bancos porque se llevó 492.000 euros de más de 30 entidades financieras mediante 69 préstamos, dinero no devuelto con el que financió diversas acciones de movimientos sociales. Es decir, Enric Durán, activista social proveniente de la clase media alta, destinó el dinero que le quitó a los bancos para combatir las políticas de crecimiento, al capitalismo genéricamente considerado y, claro está, a sus representantes primeros, las entidades financieras.
Durán, tras publicar el artículo en el que reconocía la intencionalidad que latía tras la petición de tales préstamos, se marchó fuera de España para evitar la acción de la justicia. Regresó al poco tiempo (“era mucho más útil aquí”), convocando una rueda de prensa para dar a conocer los motivos de su vuelta. Fue arrestado, puesto a disposición judicial y enviado a prisión. Lo que resultó paradójico, toda vez que en esta clase de (presuntos) delitos es habitual dejar al detenido en libertad con fianza en aquellos supuestos en que no se presume intención de fuga. La Audiencia Provincial de Barcelona resolvió a favor del detenido el recurso presentado por sus abogados, saliendo Durán de prisión tras depositar una fianza de 50000 euros.
Los 65 días pasados en la cárcel también dejaron claro hasta qué punto esta clase de acciones, en un momento como el actual, generan en la sociedad más simpatía que animadversión. No sólo mantuvo buenas relaciones con los presos y los funcionarios de la cárcel sino que conversó con ellos habitualmente acerca de las ideas que le habían llevado a prisión.
Y esa no es más que una de las cuestiones llamativas que confluyen en el caso Durán. Y la primera de ellas, es la de cómo fue posible que le concedieran tal número de préstamos. Según declaró Durán a El Confidencial, “existen algunos agujeros informativos en el sistema que son técnicamente muy sencillos de solucionar pero que no se remedian. Algo pasará para que no los arreglen…”. Entre los más significativos, Durán señala las deficiencias del Centro de Información de Riesgos del Banco de España, que tarda dos meses en actualizar la información que recibe de los bancos o las mayores posibilidades que tienen las empresas para endeudarse respecto de los particulares antes de que salten las alarmas del sistema.
Vigilancia indebida
Claro que, al margen de que los mecanismos institucionales funcionasen deficientemente, tampoco las entidades financieras vigilaron su negocio con la diligencia debida. Durán, para conseguir los préstamos, creó una empresa irreal y presentó documentos que acreditaban ingresos ficticios pero también es cierto que, alcanzado cierto punto, esas artimañas no debieran haber bastado para seguir consiguiendo préstamos. "Llegó un instante en que tenía asumidos compromisos de pago por más de 4.000 euros mensuales y los ingresos que acreditaba eran de 1.500-2.000 euros. Y seguían dándome créditos”.
La segunda clase de preguntas tienen que ver con el autor de la acción y son sus motivaciones. Enric Durán se define como “un activista que lleva diez años trabajando en los movimientos sociales” que se ha ganado a vida a través de diversas actividades realizadas en ese ámbito. La última, “una cooperativa de servicios de comunicación para los movimientos sociales que montamos en el 2003”.
Reconoce haber utilizado para sobrevivir parte del dinero que pidió prestado a los bancos y ahora, recién salido de la cárcel, está poniendo en marcha un nuevo proyecto cooperativo. Además, acaba de publicarse en Ediciones B su libro Insumisión a la banca. En resumen, que sus ingresos reales son muy reducidos, y máxime cuando “los colectivos que intentan ser independientes respecto de la administración o no están vinculados a empresas suelen tener dificultades para salir adelante”.
Pero entonces, se preguntan sus detractores, ¿de dónde salieron los 50.000 euros que fueron fijados como fianza? Durán incide en que la medida judicial impone un depósito (“la fianza no es un pago”) y que, en consecuencia, ha contado con la ayuda de “particulares que tenían ahorros y a los que no les importaba garantizar esos ahorros a largo plazo. Estamos ahora intentando sustituir ese depósito por un aval bancario de un banco ético, FIARE”.
Sin embargo, para un sector social, Durán no es más que un peldaño más en esa tradición según la cual son los hijos de la burguesía quienes combaten el capitalismo. Algo que Durán niega, en tanto se trata de “una reducción simplificadora. Hay todo tipo de gente dentro de nuestro movimiento. Cada cual llega por la vía que puede. La concienciación no viene determinada por tu origen social”.
Ideas políticas
En el lugar principal de los motivos que le llevaron a contraer una deuda que nunca iba a devolver, está el de difundir una serie de ideas políticas con un claro componente pragmático. El propósito de Durán es “facilitar el abandono del capitalismo para el mayor número de personas posibles que quieran hacerlo. Se trata de impulsar que se creen proyectos colectivos, encaminados a partir de la autoorganización, a cambiar el modelo de cómo consume y se trabaja”. Empezando por las hipotecas. “No puedes tener una relación de dependencia permanente con los bancos por la deuda hipotecaria. Hay que buscar alternativas, como son las cooperativas de vivienda, pero no las encaminadas a la construcción sino al uso. Con este modelo, sólo tendríamos que pagar una cuota mensual de 200-250 euros, si es una vivienda urbana. En el campo el gasto sería menor”.
Y es que, para Enric Durán, estamos ante una crisis sistémica de la que la burbuja inmobiliaria no es más que otra expresión. “A finales de la década de los 90 los bancos y cajas pasan de prestar a 15-20 años a conceder préstamos a 35-40, algo que el Banco de España consintió. El resultado fue que los precios subieron enormemente y terminamos pagando cuotas mayores durante mucho más tiempo. Si los bancos no hubieran aumentado el número de años, el precio de las viviendas no hubiera subido simplemente porque la gente no hubiera podido pagar las cuotas”.
El telón de fondo, según Durán, es que “estamos en una crisis energética y de recursos que hace que el modelo actual no pueda funcionar a la larga porque no podemos seguir creciendo. Lo saben los científicos y lo saben los políticos, pero éstos lo silencian”. Y también lo saben los financieros, que han sido los encargados de “simular un crecimiento, el de los últimos años, que carece de base real”.
Sin embargo, el caso Durán nos deja una lección que lo trasciende y que tiene que ver con la naturaleza de la presencia contemporánea en el suelo público, como es el hecho de que la acción política se ha espectacularizado. Cuando los grupos ecologistas quieren transmitir un mensaje apuestan por una actuación llamativa que los medios puedan recoger; cuando los activistas por los derechos de los animales quieren llamar la atención, se desnudan en lugares céntricos; y cuando quienes pretenden otra clase de economía pretenden dar a conocer sus ideas, también desarrollan estrategias en el mismo sentido.
Según Durán, “vivimos en una situación en la que los partidos tienen el monopolio del debate político y sólo se habla en continuidad de los temas que ellos fijan. Para salir de ese círculo, tenemos que hacer acciones espectaculares y comprometidas”. En otras palabras, que esta clase de actividades se repetirán: “La acción directa implica fórmulas comprometidas de acción que hagan pensar a la gente. El reto es conseguir que participen en ellas muchas más personas”.
Reforma Laboral.
En estos tiempos convulsos,tiempos de crisis en los que una radical reforma del mercado de trabajo pide a gritos una puerta por donde entrar y,en estos convulsos tiempos en los que los lobbys sindicales (auténticos chantajistas con comportamientos frecuentemente delictivos) piden a gritos una puerta por las que echarles para siempre,nos dejó el viernes una terrible noticia que pone de manifiesto la necesidad de esa reforma también a nivel celestial.
¿Cómo puede ser que un trabajador cualquiera deba ser avisado con 15 dias de antelación en caso de rescisión de contrato y,por el contrario, EL ALTÍSIMO,no tenga la obligación de avisar a la hora de rescindir contratos como el de Vicente Ferrer?.
Su despido es el despido a la esperanza de millones de personas como las que han disfrutado de una vida mejor,antes de que el bueno de Vicente pasara a mejor vida.
Desde aquí,solicitamos al TODOPODEROSO que tenga a bien considerar nuestra propuesta de reforma y que,de ahora en adelante,ofrezca la posibilidad de readmisión del personal de mayor valía,empleados de la vida y por la vida como Vicente.
Un Vicente Ferrer que consiguió que La India comenzara a tratar "con cierto TACTO a los mismísimos INTOCABLES".
Ludwing Von Mises.
Bienvenidos y gracias por venir.
"Ojalá todos y cada uno de vosotros os encontreis en la vida a muchas,muchas personas iguales a vosotros mismos".
Ludwing Von Mises.