Si algo demuestra el "caso Faisán" es la incapacidad socialista de enfrentarse a ETA sólo con la ley pero con toda la ley. Si entre 1982 y 1996 se sucedieron las negociaciones, las treguas y la guerra sucia contra ETA, a partir de 2004 asistimos a un proceso de negociación política con la banda del que aún hoy desconocemos aspectos importantísimos. Cuando los conozcamos, probablemente asistamos a uno de los grandes escándalos de la democracia. Queda en cuestión la responsabilidad que, en el futuro, deberá afrontar Zapatero en este asunto.
En el caso de los GAL, las responsabilidades políticas eran evidentes, pese a que Felipe González en ningún momento las asumió: miembros de su Gobierno organizaron, financiaron y prepararon la guerra sucia contra ETA. Cometieron una veintena de asesinatos, varios secuestros y un sinfín de actos delictivos. Secretarios de Estado, funcionarios policiales y ministros acabaron en la cárcel. Pero González aguantó hasta el final, y sólo las urnas lo apearon en 1996, sin asumir responsabilidad alguna por los actos de sus subordinados. Hoy vive plácidamente dedicado a sus labores.
Penalmente, la principal acusación contra González se basaba en lo inverosímil de creer, primero, que del ministro de Interior para abajo se hubiese montado una trama criminal a espaldas del presidente; y segundo, que éste no tomara las medidas necesarias dentro de un Estado de Derecho para perseguir este tipo de actos cuando ya eran conocidos. Se salvó de una investigación judicial mediante la teoría de la estigmatización, que le libró de la posibilidad de ser investigado y juzgado por hechos gravísimos.
Ese fue el mayor escándalo de la lucha de la democracia contra ETA... hasta los hechos acontecidos entre 2002 y 2007. El "caso Faisán" se origina en el marco de una negociación secreta de Zapatero con ETA que se inicia en esos años, en los que se llega a un acuerdo en 2006 y que se rompe en 2007. Durante los pactos que el PSOE tuvo con ETA hubo episodios muy oscuros aún hoy sin esclarecer. Están los famosos informes de verificación del alto el fuego, que fueron manipulados para ocultar hechos delictivos de la banda. Están también las denuncias de los sindicatos policiales sobre la existencia de órdenes extraoficiales para frenar la lucha contra la banda. Y está el "caso Faisán", la colaboración con banda armada de responsables del Ministerio del Interior, lo que supuso la salvación de su aparato de extorsión, y con él de la capacidad de la banda de cometer atentados y crímenes: ¿cuántos de estos no hubiesen ocurrido de no existir el chivatazo a ETA?
Por todo lo anterior, y en cualquier país de nuestro entorno, Rubalcaba hubiese tenido que dimitir o ser cesado, y con toda probabilidad se enfrentaría a la justicia con cargos de gravedad. Ha tenido la fortuna de no correr la suerte de Barrionuevo, y eso que los delitos de éste estaban a fin de cuentas relacionados con la lucha contra ETA. En el caso de Zapatero, como González, la responsabilidad política es directa, porque él es el máximo responsable de los pactos con la banda, así como de las actuaciones que de ellos se derivaron, muchas de ellas penales y delictivas. Él es el responsable político de los delitos cometidos por sus funcionarios en la lucha contra ETA, incluido el chivatazo a la banda.
En el ámbito penal, como en el caso de González, la cosa es más complicada. Resulta bastante creíble que ningún alto cargo policial pudo tomar por sí sólo la iniciativa de avisar a ETA de que su aparato de extorsión iba a ser desmantelado: como en el caso de los GAL, el delito es de suficiente gravedad como para descartar que un funcionario policial pudiera actuar de espaldas a sus superiores en el Ministerio. ¿Y en el Gobierno? ¿Conocían Zapatero y Rubalcaba los planes para avisar a ETA de una operación de la Audiencia Nacional? Como en el caso de González, no hay pruebas que lo acrediten, como tampoco de que dieran luz verde para ello. ¿Exigieron tomar las medidas necesarias y urgentes ante el delito de colaboración con ETA cuando éste fue conocido, al poco tiempo de cometerse? Como en el caso de González, la respuesta es negativa, y Zapatero se negó a esclarecer un acto de traición a España y sus instituciones.
Si en el caso de González a la clara responsabilidad política se une la dificultad para especificar si tuvo responsabilidad penal en el caso de los GAL, en el caso de Zapatero ocurre algo parecido: su responsabilidad política es directa, pero no está probado que estuviese al tanto de lo ocurrido. Pero como en el caso GAL, quizá con el tiempo se sepan más detalles y sepamos qué ocurrió con el aparato de extorsión etarra, y qué papel jugó cada cual. Si aún estamos buscando a "Mister X" en relación con los GAL, ahora es un misterio quién es el "Mister Y" del "caso Faisán". Por ahora sólo sabemos que es socialista. Como entonces.
2 comentarios:
Completamente de acuerdo en cuanto al "caso Faisán", en cuanto al GAL me gustaría apuntar que la coyuntura internacional en la década de los 80 difiere bastante de la de hoy en día. Sin restar responsabilidades a los sucesivos gobiernos del PSOE,todos ellos presididos por González,creo necesario integrar estos hechos en el conjunto de operaciones,actividades y en muchos casos delitos,efectuados por diferentes grupos,algunos armados,enmarcados en lo que se conoció como "estrategia de tensión"(ej: Operación Gladio en Italia). La cual se impuso en muchos de los países occidentales integrantes o no de la OTAN en las décadas de los 70 y 80. Intervinieron,muchas veces inconscientemente y todas sin comprender todo el alcance de sus acciones,tanto grupos de extrema izquierda como de extrema derecha,por lo menos en España. La finalidad de esta estrategia era acercar al grueso de los votantes a partidos de centro-derecha y centro-izquierda,que aceptaran el sistema político y económico.
Comento esto para resaltar más si cabe la actuación sectaria y clientelista de Zp y su colega Rubalcaba,que son capaces de vendernos al enemigo con tal de poder apuntarse una solución al conflicto vasco.
Muy bueno el blog Lugwid.
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