lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Dónde está la Cámara?

A veces creo que todos somos víctimas de un programa de cámara oculta en la que un gancho, Zapatero, nos somete a una prueba tras otra, a cual más humillante, a ver cuánto tardamos en darnos cuenta de que todo es una broma.

El País recoge muchas de sus palabras en la reunión del Comité Federal del PSOE del sábado pasado. "Tan importante es salir de la crisis como salir con estabilidad y paz social". ¿Se imaginan a un médico diciéndoles "tan importante es salir de la enfermedad como hacerlo fuerte y sano"? Lo que puede cargarse la estabilidad y la paz social es precisamente la crisis, una crisis de la que él, no ya es que no sepa sacarnos, sino que son sus medidas supuestamente dirigidas a salir con estabilidad y paz social las que nos hunden cada vez más en ella.

"Los datos son escandalosos, los trabajadores tributan más que muchos empresarios; la subida irá para las rentas más altas por distintos mecanismos", y lo dice después de que su vicepresidenta ha afirmado que las SICAVS, las sociedades patrimoniales de los más ricos, seguirán tributando al 1%.

"Nuestro proyecto es coherente, aunque gobernar también incluye improvisar, faltaría más". Desde luego, Zapatero no es el primer gobernante que improvisa, ni con toda seguridad será el último. Ahora, sí es el primero que farda con orgullo de hacerlo.

"He librado una dura batalla con los poderosos, y aun esos mismos poderosos no tienen reparo en pedir ayuda para sus sectores empresariales". Cuando lo que propiamente ha hecho es dejar de ayudar a unos poderosos, los de Prisa, para ayudar a otros, los de Mediapro, en base al obvio argumento de que éstos, en sus medios, se portan con él mejor que aquéllos.

"Son hipócritas los que critican la inminente subida de impuestos y a la vez piden ayudas". También lo son los que justifican subidas de impuestos en la necesidad de ayudar a los parados sin subsidio y luego regalan 3.800 millones de euros al Tripartito catalán para que lo gaste en perseguir a quienes rotulan en castellano, subvencionar asociaciones que propugnan el boicot a los productos españoles de fuera de Cataluña y abren faraónicas pseudo-embajadas en el extranjero sin ninguna utilidad práctica. Y 7.200 más en callarles la boca al resto de las comunidades autónomas para que no protesten. Todo eso sin contar el perdón de la deuda a Evo Morales, la financiación de las asociaciones de gays y lesbianas de Zimbabwe y la provisión de más de 600 asesores, cuyo asesoramiento, para más inri, tan poco aprovecha al asesorado.

"Lo peor de la crisis ha pasado, aunque no sus efectos". El caso es que lo malo de una crisis son precisamente sus efectos. Es más, lo que evidencia la existencia de una crisis son los efectos que tiene. ¿Se imaginan que el médico les dijera que lo peor de la enfermedad ha pasado, pero no sus efectos y que por lo tanto pueden morirse en cualquier momento?

"El Gobierno no debe intervenir en nada porque eso supone una injerencia, pero todo depende del Gobierno". Ante tal despliegue de coherencia intelectual, sobran comentarios.

"Parte del tejido empresarial que se ha destruido es de cartón piedra, por lo que, en efecto, lo que se necesita es una reforma empresarial más que una reforma laboral". Lo que se necesita es que un tipo así deje de gobernarnos. Y luego decimos que Berlusconi es un payaso.

sábado, 19 de septiembre de 2009

El Botín de los 30.000 Millones

30.000 millones de gasto anual podría eliminar Zapatero sin que los españoles no untados por el poder político se resintieran lo más mínimo. Ahí es nada. Y eso que en tales cálculos no estamos incluyendo todos los gastos extraordinarios tipo planes E, rescates bancarios y aginaldos de última hora como los 420 euros o el incremento de las pensiones.

Curioso. La única política económica posible pasa por subir los impuestos cuando están despilfarrando el dinero ajeno con ferocidad. Será porque para el PSOE –en realidad, para todos los partidos políticos– las reducciones de las exacciones tributarias son meras tácticas dentro de una estrategia mucho más ambiciosa destinada a incrementar el poder y el tamaño del Estado.

Sin embargo, siendo grave que Zapatero quiera arrebatarles 16.000 millones adicionales a los españoles cuando casi le golpean la cara los 20.000 millones que está dilapidando en variadas subvenciones que sólo distorsionan la economía española y la extranjera, querría echar la vista un poco más atrás.

Estos 30.000 prescindibles millones de euros equivalen a casi la mitad de la recaudación por IRPF en 2008, a casi dos tercios de los ingresos por IVA y a más de la totalidad de los impuestos especiales y del de sociedades. O dicho de una manera más sencilla, en 2008 Zapatero podría haber reducido en un 50% el IRPF o haber dejado el tipo máximo del IVA en el 6% o haber eliminado todos los impuestos especiales o el impuesto de sociedades.

A la luz (u oscuridad) de lo anterior se impone la pregunta. ¿Cuántos impuestos superfluos, redundantes, innecesarios y absurdos hemos estado pagando durante años los españoles para que nuestra casta política se montara su particular cortijo? Ni siquiera estoy hablando de la muy necesaria privatización del Estado de bienestar y su progresiva sustitución por una sociedad de propietarios. No. Me refiero a esas partidas que se han ido adhiriendo al presupuesto como garrapatas y cuya finalidad es comprar votos y crear mantenidos del régimen.

Repito, ¿cuánto dinero nos han estado quitando impunemente los burócratas apelando a nuestro bienestar cuando en realidad lo estaban machacando con fruición? ¿Cuánto han lastrado nuestro desarrollo y nuestra prosperidad esos agujeros negros anuales de 30.000 millones que cada familia y compañía española tenía que sufragar para que nos compliquen la vida financiando a fanáticos sindicatos, improductivos colectivos culturales, empresarios ineficientes, promotores necesitados y tiranos extranjeros?

Dicen que vivimos en la era del ultraliberalismo y del retroceso permanente del Estado. Que se lo digan a nuestros políticos y a sus clientes.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Destruir pruebas.

Tanto la Ley de Enjuiciamiento Criminal, como el propio reglamento de los Tedax, exigen que todas las muestras recogidas en el escenario de un atentado se conserven. Se trata de un requerimiento del más elemental sentido común, pues el lugar donde se comete un atentado constituye el principal continente de pruebas destinados a esclarecerlo y enjuiciarlo. La conservación de esos vestigios es esencial para que las distintas partes puedan solicitar que se realicen nuevas pruebas y salvaguardar, así, derechos fundamentales tanto de las victimas como de los acusados.

Pues bien. El que fuera comisario jefe de los Tedax en los atentados del 11-M, Juan Jesús Sánchez Manzano, ha reconocido este martes y con la más tranquila desfachatez que si sólo llegaron 23 muestras de los 12 focos de explosión, incluidas dos explosiones controladas, a la Audiencia Nacional fue porque los Tedax las destruyeron. La insultante "explicación" que ha dado Manzano para justificar semejante masiva destrucción de pruebas es que se hizo una criba en el laboratorio de los Tedax, que sólo superaron los restos que se consideraron "útiles", mientras que los demás pasaron a ser considerados simples "objetos" y se procedió a su destrucción.

Para empezar, todo vestigio que pueda aportar pruebas para el esclarecimiento de un atentado no puede ser otra cosa que un "objeto". Vista la magnitud de la criba, y sobre todo su nula eficacia para determinar cosas tan esenciales como la marca concreta del explosivo empleado en los atentados, parecería que la única "utilidad" que esta buscaba era precisamente la de impedir que pudieran aportar información decisiva para el esclarecimiento de la masacre. Recordemos que fue tres años después de los atentados, cuando el tribunal ordenó a ocho peritos analizar los pocos vestigios de los focos que los TEDAX no habían hecho desaparecer, cuando estos encontraron, en todos los focos, todos y cada uno de los componentes específicos de la dinamita Titadyn (DNT, nitroglicerina, y nitroglicol), hallazgo que si lo hubiera hecho la Policía Científica en su momento –marzo de 2004– y no en 2007, podría haber abierto una línea de investigación para tratar de identificar a las personas que proporcionaron dinamita de esa marca a los terroristas del 11-M.

Y es que no debemos olvidar, en este sentido, que el reglamento de los Tedax no sólo se incumplió de forma flagrante cuando se decidió destruir la mayoría de vestigios recogidos, sino también cuando los Tedax no enviaron las muestras al laboratorio de la Policía Científica, tal y como también exige su protocolo de actuación y tal y como el propio Sánchez Manzano, como máximo responsable, ha venido haciendo en innumerables ocasiones, antes y después de los atentados del 11-M.

Así las cosas, tras su comparecencia, siguen en pie los tres decisivos interrogantes que ya plantearon nuestros compañeros Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda: ¿Quién dio la orden de destruir los vestigios del mayor atentado terrorista en la historia de España? ¿Por qué motivo la dio? ¿Por qué esta orden, que contraviene la Ley de Enjuiciamiento Criminal, no consta en el sumario?

A la vista de estos inquietantes y no despejados interrogantes y, sobre todo, a la vista de una comparecencia de Manzano, que no viene sino a reforzar la impresión de culpabilidad a la que apunta contra él la argumentada querella presentada por la Asociación de Ayuda a la Víctimas del 11-M, no es de recibo el persistente y vergonzoso desinterés de los principales partidos políticos y, a su dictado, de la mayoría de los medios de comunicación. Tal es el caso también del PP y de Soraya Saenz de Santamaría, quien ha alegado no tener todavía "conocimiento del contenido" de la declaración de Manzano para no tener que hacer así comentario alguno al caso que no sea –claro está– un protocolario y recurrente "máximo respeto a la actuación de la justicia".

El más elemental respeto a la Justicia, sin embargo, sería mostrar algo más de interés por el total esclarecimiento de la mayor masacre de nuestra historia, sin recurrir a excusas que pueden durar tan poco tiempo como el que se tarda en conocer el contenido de la bochornosa declaración de Manzano.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Los Gulaj eran Spas

El gesto de levantar el puño nunca ha sido un símbolo de la "lucha por la libertad", como pretende una ilustre socialista, ni tampoco una expresión de solidaridad con el movimiento obrero, que dice un compañero suyo menos ilustre pero bastante más malicioso. Como acertadamente ha aclarado la presidenta de la comunidad de Madrid, que desde hace meses es la única política del PP que hace oposición, es el distintivo de quienes acabaron con la libertad de medio planeta y la vida de más de cien millones de seres humanos inocentes, por cierto Rubalcaba, la inmensa mayoría de ellos obreros. Conviene aclarar esta cuestión y ponerle cierto freno a la verborrea progresista, porque en caso contrario van a acabar convenciendo a las víctimas de la LOGSE de que el Gulag era un circuito de balnearios con spa en la costa siberiana para descanso y solaz de los trabajadores soviéticos.

El hecho de que los socialistas de pesebre sigan levantando el puñito al acabar sus performances proletarias, por tanto, no sólo es una patochada sarcástica, sino una ofensa a todos los seres humanos que han muerto asesinados por la ideología más nefasta que la Historia ha conocido, cuyo legado exaltan estos revolucionarios de Armani y visa oro.

Podemos entender que quieran rentabilizar las horas que han dedicado a aprenderse la letra de la internacional en el karaoke de la agrupación, pero eso no implica que los demás debamos aceptar sus gestos como una ofrenda a la libertad del género humano, sencillamente porque el socialismo es su antítesis más conseguida.

Y como la verdad es lo que más puede molestar a un progresista, los políticos del PSOE han reaccionado como doncellas ultrajadas cuando en el PP han comparado el gesto del puño en alto con el saludo fascista. En efecto, no hay apenas equivalencia, porque el socialismo internacionalista asesinó con mucha mayor eficacia y en mayor volumen que su hermano nacionalista; aproximadamente unas veinte veces más. Por tanto, equiparar a uno y otro no es una "indignidad", como sugiere Elena Valenciano. Es simplemente un error matemático.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Pues va a ser que es una guerra...

Zapatero hizo en su día una distinción metafísica entre la guerra de Irak y la "operación de paz" en Afganistán, según la cual el apoyar políticamente una intervención militar de los aliados en suelo iraquí sin desplegar soldados como hizo Aznar era una carnicería ilegal, ilegítima y genocida, pero enviar tropas a Afganistán y despenar eventualmente algún puñado de talibanes era trabajar por la paz y la alianza de civilizaciones.

A los votantes socialistas en general, y a los referentes progresistas en particular, les pareció muy sensata esa diferencia esbozada por el presidente, por lo que las algaradas callejeras y los ataques a las sedes del PP sin que ese gobierno hubiera enviado un soldado a la guerra, han desaparecido milagrosamente ahora que participamos en una operación de envergadura en la que mueren civiles a cascoporro. Las portadas de la prensa española mostrando los cuerpos mutilados de niños y ancianos iraquíes tampoco han tenido continuidad ahora que estamos un poquito más hacia el este, participando en una operación exactamente igual, pero esta vez con tropas sobre el terreno.

Zapatero afirmó que estamos en Afganistán en son de paz, pero asombrosamente los talibanes no arrojan al paso de nuestros soldados ramilletes de clavellinas (o de amapolas opiáceas, que es la variedad más popular en la zona y para el caso es lo mismo), sino unos pepinazos muy escasos de talante.

Total, que a pesar de los esfuerzos de Zapatero, el silencio lanar de "las gentes de la cultura" y el papelón de Karma Chacón, hay ciertas sospechas de que lo que está ocurriendo en Afganistán tiene poco que ver con el cuadro pacifista que todos ellos dibujan cada vez que tocan el tema. Las evidencias de que estamos participando en una guerra eran ya nítidas antes de que Zapatero enviara tropas a suelo afgano y unos meses más tarde las incrementara para "ayudar a Obama", pero tras la reciente ofensiva talibán en la zona asignada a España es probable que hasta Leire Pajín tenga que reconocer que paz, paz, lo que se dice de paz, la misión española tiene muy poco. Y cuesta entender esos reparos permanentes a llamar a las cosas por su nombre, porque bien sabemos todos que ningún progre se va a echar a la calle o a dar un balido más alto que otro ocurra lo que ocurra en Afganistán. Su objetivo en todo momento fue echar a Aznar del poder, y eso ya lo consiguieron hace cinco años.

Los que peor quedan en todo este asunto son nuestros soldados, obligados a matar enemigos y repeler continuos ataques en esa misión de paz tan rara que les ha encomendado Zapatero. El ex ministro de Defensa, Pepe Bono, dijo en su día que prefería morir a matar, pero afortunadamente las tropas españolas tienen una opinión distinta sobre lo que se debe hacer cuando una horda multiculturalista reacia a aliarse civilizatoriamente con nosotros te ataca con helicópteros, morteros y fusiles de asalto. O Zapatero y Moratinos consiguen pronto el milagro ecuménico de aliarnos con los talibanes, o muy pronto no habrá pirueta léxica que disfrace la realidad elemental de que estamos participando en una guerra. Y encima promovida por los Estados Unidos de Norteamérica.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Suspenso en Todas,Conciencia Tranquila

Dice Rajoy que a Zapatero le pondría un suspenso absoluto; la misma nota que muchos le ponen a él, vaya. Eso da pie a que les cuente una anécdota que explica mi suegro sobre un amiguete suyo de la infancia. En el final de curso y ante el doloroso trance de tener que dar la cara, mandó un telegrama a sus padres con el siguiente mensaje: "Suspenso en todas, conciencia tranquila. Mamá, prepara a Papá". A lo que los padres contestaron: "Papá preparado, prepárate tú".

Y es que hablando de cursos, en el inicio de lo que llaman el curso político, sin duda, habrá que ver si el Partido Popular decide hacer oposición o seguir como hasta ahora. En un par de días han sido entrevistados Manuel Pizarro y Mariano Rajoy –por separado, claro– poniendo de manifiesto la diferencia entre el PP y el PP oficial y demostrando la pena que da que la ubicación de ambos en las gradas del Congreso no sea otra. En fin.

El tema económico nos lo sabemos muy bien y además el Gobierno nos lo pone fácil, aunque a la hora de la verdad, como dijo Pizarro, sobre el FROB el PP debía haber votado en contra porque también hay autónomos en dificultades y nadie les suelta un euro. La cosa se complica en las otras materias. Por ejemplo, Rajoy dejó caer que como todo el mundo entiende, no es lo mismo pactar los presupuestos con CiU que con ERC o el BNG. Efectivamente, todo el mundo entiende que urge blanquear a ciertos nacionalistas para diferenciarlos de los otros, bajo el siguiente principio académico: son nacionalistas buenos los que pactan con nosotros y nacionalistas malos los que pactan con el PSOE. Estaría bien que Rajoy nos dijera una o ninguna diferencia entre la política económica de CiU y la de ERC: nacionalista en ambos casos.

Eso enlaza con que en este año la clave de la política en España será saber si el PP decide que una sentencia favorable a su recurso en el tema del Estatut es una victoria o un problema. Rajoy lo calificó como un tema importante, como la presidencia de España en la Unión Europea. Hablando de Cataluña, les ahorraré un discursito sobre la séptima o novena vez que durante este mes Alicia Sánchez Camacho se ha auto-proclamado candidata del PPC a las elecciones autonómicas. Una de sus propuestas, de profundo calado político, consiste en pedir a Rajoy que durante las elecciones se venga a vivir a Cataluña, para que nadie tenga dudas al identificar el problema y a su responsable. Algún malvado pide a cambio que la presidenta se vaya a Pontevedra durante el mismo periodo.

Tanto Rajoy como los ministros del Gobierno de Zapatero se ponen muy institucionales pidiendo acatamiento y respeto a la sentencia que salga del Constitucional, si bien la cuestión es si unos van a exigir que se cumpla y otros van a obligar a ello. Ya les digo yo que me barrunto que no. Como el amiguete de mi suegro, Rajoy y Zapatero suspenden en todas y tienen la conciencia tranquila.

La Amnistía de ZP al "Clan de la Ceja"

Los Señores del ‘No a la Guerra’, las hordas de intelectuales de izquierda, los pijo-progres de visa oro-yate de lujo-chaletazo en Marbella, están de enhorabuena. También lo están los dueños del ladrillo que tanto servicio han hecho a la causa del zapaterismo, y banqueros como Botín que las han pasado canutas y a los que Rodríguez no ha dudado en auxiliar a costa del bolsillo ciudadano a cambio de que el financiero cántabro avalara con sus palabras los pronósticos de ‘todo a cien’ del político leonés.

Están de enhorabuena los ricos en general, los ricos de verdad, los que le han bailado el agua a este mentiroso compulsivo que tenemos por presidente y le han ayudado a mantenerse en el poder. Están de enhorabuena los Almodóvar, los Bardem, los Cebrián, los Polanco, los Botín, los Rivero… fortunas levantadas siempre en los aledaños del poder, fortunas subvencionadas unas veces, discretamente consentidas otras, y no solo por el Gobierno socialista porque también tuvo mucho que ver en el modo en que se engordaron algunas cuentas el gobierno del Partido Popular que fue, en definitiva, el que dio vía libre a las Sociedades de Inversión Colectiva, también conocidas como Sicavs, y les concedió la dicha de una casi irrisoria tributación del 1%.

Pero entonces la economía iba bien y no seré yo quien critique una medida razonable en tiempos de bonanza: bajar impuestos a los ricos tiene siempre la ventaja de que éstos corresponden invirtiendo más, lo que redunda en beneficio de la colectividad aunque a los más ‘rojos’ les cueste aceptarlo. Por eso cuando Rodríguez, que va por la vida de ‘rojo peligroso’, de leninista de ‘última hora’, de comunero de pacotilla, de ‘salvapatrias’ sin vergüenza, aclaró este verano que lo de la subida de impuesto –esa que anunció Blanco para luego desdecirse y acabar organizando un lío de aquí te espero- sólo iba a afectar a las rentas del capital, es decir, en su lenguaje de eslóganes pseudo-progres, a los ricos, cabía pensar que iban a ser los Botin, los Cebrian, los Almodóvar, los Bardém, los Rivero y Cía los que iban a pagar la fiesta del descontrol del gasto y este tirar la casa por la ventana a la que nos ha abonado el irresponsable que vive en La Moncloa.

¡Y una m…! A ver como les explica Robin Hood Rodríguez a los de Rodiezno que no van a ser los ricos los que van a pagar la orgía de la crisis, sino las clases medias que son a las que, en definitiva, este personaje tiene atemorizadas, amordazadas y bien jodidas. Y es que el personaje ha tenido la osadía de decir que para él una renta del capital, o sea, un rico, es aquella que se sitúa por encima de los 24.000 euros brutos anuales. O sea, una filfa, un engaño, una trilerada de esas a las que nos tiene acostumbrados este tahúr de la política.

Lo que va a hacer Rodríguez es cargar sus excesos sobre los bolsillos de la gente corriente, del común de los mortales, de los que veranean en chándal y chancleta en el apartamento de Calpe, de los que no tienen yate sino barca hinchable de remos para que los críos se diviertan en la orilla de la playa mientras el ‘páter familias’ duerme la paellita del chiringuito y navega en sueños por los mares del sur.

Porque es esa gente la que tiene sus ahorrillos en un fondo de inversión, en un paquete de acciones que le ha recomendado el de la sucursal de su banco –“estas están muy bien, Genaro, cómpralas ahora con la extra que la bolsa está baja, que luego después va a subir y te sacas unos cuartillos”-. Y es a Genaro, que ha ido comprando extra tras extra hasta hacerse con un modesto patrimonio de treinta o cuarenta mil euros invertidos en renta variable –nada que ver con esos más de dos millones de euros necesarios para constituir una Sicav-, que paga al 18% las plusvalías que le produce cada vez que vende para comprarle a su hijo una Play o pagar parte de las vacaciones, al que ahora le va a retorcer el pescuezo el Gobierno de Rodríguez subiéndole la tributación.

¿Podía haber incrementado del 1% al 2% la tributación de las Sicav? Podía, pero no ha querido porque les tocaba los bemoles a los ricos de verdad. En lugar de eso el paladín de la igualdad, el defensor de los desfavorecidos, el ‘rojo’ Rodríguez ha ido a por las clases medias, a por la gente corriente. Pero esa gente corriente, señor Rodríguez, también vota, y es la que da y quita gobiernos, no los Almodóvar de turno, y esa gente empieza a estar de Rodríguez hasta sus propios bemoles. Y del ‘Clan de la Ceja’, ni les cuento.