viernes, 10 de julio de 2009

Una Vez Más: La Escuela Austriaca Tenía Razón.

En más de una oportunidad he visto críticas al keynesianismo que sería injusto asignarle a John Maynard Keynes. En tal sentido, Ricardo Crespo ha señalado que debemos independizar al Keynes-hombre del Keynes-mito, y que la filosofía de Keynes tiene varios aspectos que podríamos rescatar.

Crespo afirma que "gracias a la acción de malos políticos, [Keynes] quedó asociado a soluciones inflacionistas, falaces y facilistas a los problemas de la desocupación y a un Estado fuertemente intervencionista". Crespo nos recuerda que en 1946, el mismo año de su muerte, Keynes declaró no ser keynesiano y que "sólo con importantes restricciones y matices (y en determinadas circunstancias) Keynes habría estado de acuerdo con las recetas que le atribuyen".

Es en este sentido que debemos rescatar la obra de Axel Leijonhufvud, quien desarrolló su tesis doctoral "sobre la economía keynesiana y la economía de Keynes", separando justamente los modelos neoclásicos de Hicks y Samuelson de las teorías defendidas por Keynes, con una preocupación constante por los modelos en desequilibrio y con especial atención sobre el persistente desempleo.

Con una honestidad intelectual poco habitual en el mundo académico de hoy, Leijonhufvud publicó un artículo en mayo de 2008 donde ofreció algunas reflexiones sobre la crisis, valorando el pensamiento austriaco y sincerándose sobre lo poco que el keynesianismo nos puede ofrecer para entender la situación actual.

Comienza el artículo preguntándose qué lecciones deberíamos haber aprendido de Keynes, señalando que la principal es que los macroeconomistas hemos de comenzar por enfrentarnos a los grandes problemas de nuestros días, y en tal sentido intentar responder a las siguientes tres preguntas:a) ¿Cómo debemos entender lo que está ocurriendo hoy con la crisis global; b) ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Cuál es el mejor camino a seguir?; c) Los acontecimientos a los que nos estamos enfrentando, ¿deberían llevarnos a modificar lo que hoy se reconoce como la teoría económica ampliamente aceptada?

Intentando dar respuesta a la primera de las preguntas, Leijonhufvud plantea que el principal problema económico de nuestros días es la crisis financiera de los Estados Unidos, en cuya comprensión la Teoría General de Keynes nos resulta de poca utilidad. Para Leijonhufvud nos enfrentamos a una situación que es exactamente la opuesta a aquella que Keynes trató en 1936.

Explica que el proceso que nos llevó a la actual crisis financiera americana ha sido la política monetaria practicada por la Reserva Federal, con tipos de interés extremadamente bajos. El resultado, agrega, fue una inflación en el precio de los activos combinado con el deterioro general de la calidad del crédito. Y concluye que "esto, desde luego, no es una explicación keynesiana. Es más bien una explicación basada en la teoría austríaca de la sobreinversión".

Ante la segunda pregunta, Leijonhufvud nos invita a considerar el caso de Japón, recordándonos que aquella economía experimentó dos enormes burbujas, una en el mercado bursátil y otra en el inmobiliario, y que su sistema bancario estuvo fuertemente vinculado a ambas. Nos recuerda también que Japón practicó precisamente las recetas keynesianas que hoy se enseñan en los libros de texto, destinando grandes sumas de dinero a construir puentes que no llevaban a ningún lado y haciendo crecer de ese modo la deuda pública, lo que terminó volviendo insostenible la continuidad de tales políticas.

Japón no pudo recuperar el crecimiento acelerado anterior a las burbujas, de lo que Leijonhufvud concluye que otra de las lecciones a aprender es que una vez que el sistema crediticio se derrumba, una política monetaria del banco central que apunta a reducir artificialmente los tipos de interés es de poca ayuda. Año tras año, el Banco Central de Japón llevó los tipos de interés a cero, y aun así la economía no podía escapar a la deflación.

Analiza Leijonhufvud las políticas de rescate que ha venido practicando el gobierno estadounidense junto a la Reserva Federal y predice que el resultado será un proceso de estanflación, señalando que entonces la gran pregunta será cuánta inflación y cuánto desempleo vamos a tener.

Ante la tercera pregunta, Leijonhufvud explica que los eventos actuales deberían forzarnos a re-examinar la doctrina reciente de la política monetaria y en general la teoría macroeconómica moderna. En particular, pone el acento en los tipos de interés reales, la teoría de la equivalencia ricardiana, la teoría financiera moderna, la teoría del agente representativo y las expectativas racionales, y concluye que las teorías de la Escuela Austríaca pueden ser incluso más útiles para la formación del nuevo paradigma que las propias keynesianas.

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